Cuando traemos gatos en nuestros hogares, tenemos la responsabilidad, como dueños de estos inquietos animalitos, de cubrir todas sus necesidades básicas para su bienestar y su salud: alimentarlos bien, que tengan agua fresca siempre a su disposición, tratarles con respeto, llevarlos al veterinario cuando estén malitos… y también es nuestra obligación, ya que es muy importante para mantener su vitalidad, cubrir esas carencias que derivadas de cambiar radicalmente su hábitat al meterlos en nuestra casa. Y una de esas necesidades son los JUEGOS.
Aunque se trate de un animal que se ha ido domesticando con el paso de los siglos, a nuestros pequeños felinos les apasiona cazar, trepar, revolcarse, arañar, correr (a veces a lo loco), perseguir cosas llamativas, saltar para apresarlas, esconderse en cajas, bolsas, mochilas, controlar y acechar a quienes consideran sus presas, y afilar sus uñas. Y, sin embargo, muchos pasan toda su vida dentro de una casa, sin salir.
Dentro de un domicilio ya no necesitan cazar, ya que nosotros somos ahora quienes les ponemos el alimento a su alcance. Pero ellos, como buenos felinos que son, tienen que saciar su instinto cazador. Un instinto que se acentúa por la noche al ser, según su comportamiento ancestral, el mejor momento para salir de cacería. Por eso lo ideal es generarles un entorno propicio, haciendo que nuestro hogar sea casi tan estimulante como si vivieran en el exterior. En caso contrario, podrían volverse aburridos y apáticos.
Los gatos son seres mucho más independientes que los perros, pero no solitarios. Muchas veces olvidamos que es ideal crear con nuestros gatos un vínculo más estrecho, por ejemplo, jugando habitualmente con ellos. No olvidemos que también necesitan sentir nuestra compañía y afecto.
Que duerman mucho no significa que no necesiten juegos.
Es cierto que la mayoría de gatos son muy tranquilos y pasan durmiendo la mayoría de su tiempo. Pero también necesitan sus momentos de diversión.
En ocasiones pasan horas y horas solos, durmiendo, aparentemente aburridos. Para evitar eso, hoy en día existen infinidad de juguetes especiales para gatos. Por tanto, es recomendable encontrar a diario un ratito para sacarlos de esa monotonía organizándoles pequeñas sesiones de juegos.
En plena naturaleza, treparían arboles, correrían, acecharían y cazarían para alimentarse. Pero en nuestras casas, ya no tienen por qué hacerlo. Los juegos, les hará sentirse distraídos, realizar ejercicio físico, relajarse después y, en definitiva, sentirse más gatos. Y es que una de las cosas «menos bonitas» y más antinaturales de tener un gato es, precisamente, que deje sentirse un felino, o que deje de ser un felino.
Sus juegos son una forma segura de practicar esas habilidades esenciales y necesarias para saciar su instinto cazador. Si son jóvenes los juegos suelen ser más agitados, hasta que interiorizan el concepto del dolor.
Juguemos con nuestros gatos.
Su instinto natural tendría recompensa viviendo en el exterior, así que al terminar, o durante el juego, podemos ofrecerles daditos liofilizados como premio o recompensa, siempre sin sobrepasar los límites de alimentación recomendada.
También podemos colocarles camas en las alturas porque, como bien sabemos, les encanta descansar allí arriba como lo hacen todos los felinos en la naturaleza. También existen rascadores de diferentes tamaños para sus momentos de diversión. Rascando y trepando por ellos por las cuerdas o para sus momentos de descanso ya que las alturas le proporcionan calma y seguridad.
Un túnel para gatos también les parecería perfecto para esconderse y jugar. Pelotas con cascabel, pequeños objetos que se muevan y parezcan ratones o pájaros… Cualquier juguete de esas propiedades podría saciar sus necesidades lúdicas.
Depende de las características de nuestros gatos y su entorno, podemos elegir entre la gran variedad de juguetes que existen para ellos.
¿Y tú con qué juegos entretienes a tus gatos?